El antecedente histórico de la heráldica
cívica lo constituyen los sellos con figuras de santos patronos -
parte en escenas de martirio y parte rodeados de murallas – impresos
en los documentos de las grandes ciudades medievales, patrimonio de los
antiguos centros romanos, que sobrevivieron a las emigraciones de pueblos,
que habían organizado en sus comunidades administraciones autónomas
pero íntimamente relacionadas con la organización eclesiástica.
Del mismo modo antiguas formas de blasones cívicos son representadas
por los sellos en los que figuraban exclusivamente los símbolos
del patrón local – y por tanto apropiados para ser transfundidos
en un escudo – o bien el símbolo de soberanía del
Señor, solo o acompañado por un emblema distintivo, como
ocurrió en las ciudades imperiales alemanas.
Dichas consideraciones nos llevan a recobrar la íntima relación
existente entre la elección de las figuras de armas y el vínculo
que unía la ciudad a una autoridad superior, tanto de carácter
espiritual como secular.
Dado que los sellos no son idénticos a los blasones, también
pueden reproducir adornos exteriores en el escudo; de este modo Oxford,
Praga y Hannover enriquecen el blasón con un casco y una cimera
y otros sellos de ciudades están timbrados, por concesión,
por coronas de dignidad, como Amsterdam – corona imperial –
y Berlín (borla electoral y sucesivamente corona real). Sin embargo
dominan más a menudo – a partir del siglo XIX – las
coronas murales, semejantes a las que, desde principios del siglo XVIII,
aplicaron las tres ciudades imperiales alemanas más importantes
para timbrar su escudo en sellos y monedas (Nuremberg, Augusta y Frankfort
del Meno).
Hoy en día la tendencia a proveerse de un blasón propio
por parte de cada Municipio – y no sólo de los que gozan
del título de Ciudad – se ha convertido en toda Europa en
una regla prácticamente constante.
Son muy antiguas las armas parlantes con el oso, de Berlín y de
Berna, la cruz de San Jorge de Londres, acantonada por la espada de San
Pablo y el castillo de Praga, que se ha mantenido fiel a los protomodelos
husitas. En el blasón de Nápoles se representan probablemente
figuras de banderas medievales del mismo modo que en el de Zurich. La
sirena de Vístula de las armas de Varsovia se refiere a sagas locales.
Por otro lado son una nueva creación prácticamente todos
los blasones de las capitales de las antiguas colonias, ideados, en el
ámbito anglófobo, con el concurso del College of Arms
inglés.
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